jueves, 25 de abril de 2013

Oso González Cap.6






          
El despertador comenzó a sonar: "Ring, riiiiing" Oso González se levantó lentamente, se dirigió hacia la pequeña cama de Pelusa y sonrió al ver que estaba dormida. Se giró hacia la derecha y le echó una ojeada al calendario colgado en la pared. ¡Hoy tenían el día libre! Miró por la ventana y cerró las cortinas lentamente, mientras se tapaba los ojos por la brillante y resplandeciente luz del sol.
           Poco a poco, Pelusa se estiró en su cama. Se deshizo de sus mantas lanzándolas hacia abajo. Miró hacia su derecha y observó a Oso González ojeando el calendario.
           -Buenos días, Pelusa. ¡Ufff! ¡Qué calor!
           -Chi, yo chambién... ¡me echtoy achando!
           -Vamos a vestirnos, Pelusa.
           Oso González se estiró, bostezó y se dirigió hacia su cama, donde yacía su ropa estirada. Cogió su camiseta y se la puso. Dos segundos después, se quitó la camiseta de nuevo, rápido como el rayo.
           -¡Uffff! Me estoy asando.
           -Lo ché -asintió Pelusa- Ojalách pudiéramoch pachar el día chin ropach...
           De repente, a Oso González se le ocurrió una brillante idea.
           -¡Podemos! ¿Y si...?
Oso González dejó su frase a medias y corrió hacia su armario. De allí sacó dos bañadores: uno tamaño pulga, y otro tamaño oso. Le dió el más pequeño a Pelusa, y él se quedó con el más grande. Cogió a Pelusa por una pata, y salió corriendo sin dar explicaciones.
           Media hora más tarde, los dos se encontraban en el vestuario de la piscina municipal. Oso González se apresuró a ponerse el bañador, mientras Pelusa se sentaba en una pequeña silla 

color morado, sin saber qué hacer. Oso González le sonrió a Pelusa, mientras se alejaba corriendo.
Pelusa se quedó en su sitio, quieta. Esperaba a Oso González, ya que ella no tenía ni idea de lo que podrían estar haciendo ellos allí.
           Poco después, Oso González apareció por la puerta, muy mojado. Se extrañó al ver a Pelusa aún sin vestir, y se dirigió hacia ella.
           -¡Holach, Oso González! ¿Yach noch vamoch?
           -¡No, Pelusa! -entonces, Oso González se acordó de que Pelusa no tenía por que saber qué era una piscina, por lo que, lentamente, le puso el bañador. Después, le sonrió, mientras Pelusa ponía una mueca interrogativa.  Oso González cargó a Pelusa a su espalda, y le llevó a fuera.
           Dos minutos después, Oso González salpicaba a Pelusa desde dentro del agua, y, cada vez que lo hacía, esta salía corriendo por la tierra. Oso González comprendió entonces que Pelusa le temía al agua.
           -¡Pelusa! ¿Estás bien? Lo siento, no sabía que te asustaba el agua.
           -Y...noch me achuchta.
           -Pelusa... -Oso González sabía que Pelusa ocultaba la verdad. -Yo también le tengo miedo a muchas cosas, y a lo que no temo, es a admitirlo, porque sé que si lo admito, podré superarlo. Admitirlo es el primer paso.
Pelusa sonrió, se acercó al agua poco a poco, y metió su pequeña patita para comprobar que no había peligro. Entonces, se levantó, y... ¡se tiró al agua! Al tirarse, Pelusa salpicó a Oso  
González, y sin darse cuenta, también a una señora lagartija que estaba en el agua. La lagartija, los miró con mala cara, pero no dijo nada. Oso González le pidió perdón, pero la señora no se inmutó.
           -¡Ech muych refrechcante! -gritó Pelusa.
           Oso González sonrió, y los dos amigos comenzaron a jugar en el agua. Pelusa no sabía nadar, por lo que Oso González tenía que estar cada poco tiempo ayudándola. En un momento dado, en el que Pelusa cometía un error al nadar, ¡volvió a salpicar en la cara a la señora lagartija! Oso González se disculpó de nuevo, pero no sirvió de nada, ya que la lagartija avisó al socorrista de lo que "los pequeños gamberros" (como apodó a Oso González y a Pelusa) estaban haciendo. El socorrista los sacó del agua, y cuando Oso González y Pelusa creían que recibirían una bronca, el socorrista les consoló:
           -No os preocupéis, he estado vigilándoos todo el rato y sé que lo habéis hecho sin querer. Además, nunca me fío de esa lagartija, ya que tiene muy mal genio, y es muy tiquis-miquis.                                                                

            -¡Gracias!- dijeron al unísono Pelusa y Oso González.     
           Un rato después, los dos amigos volvían a su casa.
           -¿Qué tal te lo has pasado, Pelusa?
           -¡Muych biench! Me he refrechcadoch mucho.
           -¡Jejejeje! -rió Oso González. -Quizás podremos volver otro día.
           -¡Chiiiiiiii! -exclamó Pelusa -¡vamoch a la pichchina!
           Los dos amigos se abrazaron, mientras repasaban ese día entero, disfrutando de cada ocasión.


Continuará…
El próximo mes

domingo, 7 de abril de 2013

Personaje Misterioso II; ganador

¡Una vez más, en Misterio 1 2 3 tenemos ganador de Personaje Misterioso 2! Y esta vez lo podéis comprobar. Con todos vosotros... ¡¡el ganador y la respuesta correcta!!

Ganador:
Solamente una persona ha sido lo suficientemente valiente como para contestar. Y no sólo eso, también ha hecho un pleno... ¡increíble! La ganadora es... ¡¡Neli Santos!! ¡Enhorabuena! 

Respuesta correcta:
Y, como podéis comprobar en los Comentarios, la respuesta correcta, es, como no...
¡¡Adam Levine!!  ¡Enhorabuena a los que lo sabíais!
Aquí os dejamos unas canciones suyas, para que lo conozcáis. Damas y caballeros... ¡One more night Payphone
Y recordad: ¡no os cortéis! Si sabéis la respuesta o creéis que es la correcta, ¡publicad un comentario! ¡Animáos a participar en nuestros concursos!
¡Hasta otra! ;)